Autora Melina Marchetta
Editorial Círculo de Lectores
Sinopsis
La
madre de Francesca Spinelli está enferma y no sale de la cama, y aunque su
actitud dominante siempre la había agobiado un poco, sin su presencia todo
parece desmoronarse a su alrededor.
En
una encrucijada de su vida, a los dieciséis años, en un nuevo colegio, sin sus
amigas de siempre y sin la menor idea de cómo tratar a los chicos, Francesca
tiene que espabilarse por su cuenta, mientras desea con todas sus fuerzas que
alguien venga a salvar a su familia y, de paso, a ella misma.
Mi opinión (SIN spoilers) Elegí
este libro en la revista de Círculo de Lectores porque, por una parte, ya
estaba un poco cansada de leer siempre las mismas sinopsis en novela juvenil.
Me llamó la atención su temática sobre una chica incomprendida que se ve
obligada a buscar su sitio en el mundo.
Me
enganchó desde el primer capítulo. Una de las cosas que lo hace tan fácil de
leer es que te ríes mucho con la naturalidad de Francesca. Al principio
comienzas teniendo manía a todo lo que ella odia, sin embargo, poco a poco te
das cuenta de que las cosas nunca son lo que parecen, y que no puedes juzgar un
libro por la portada.
Tanto
las expresiones como la fluidez de la narración nos citan fragmentos de la vida
de Francesca, lo que hace que la conozcamos mejor. Pero eché en falta una
descripción de la protagonista.
Luego
está Will. Me lo imaginaba muy guapo y creo que al final yo también me enamoré
de él.
La
temática realista sobre los problemas personales en la vida de las personas me
parece muy interesante. Se me hacen muy profundos y son los que más me
emocionan.
Salvando
a Francesca tiene una parte sentimental sobre la verdadera amistad que me ha
gustado mucho. Luego estaba el problema familiar iniciado por su madre, que es
el punto de partida del cambio de vida de Francesca. Un cambio de vida que,
según me pareció a mí, solo se percibiría en ella misma como un viaje a la
madurez.
Es
un libro exclusivo de Círculo de Lectores, poco conocido en España. Quizá sea la única pega, que es
difícil de encontrar.
Mi opinión (a mi bola) Había
veces que sacaba alguna risotada y otras que se me enmudecían los ojos. Te
aporta una mezcla de sentimientos especial. Me gusta mucho Will porque es un
chico interesante, tímido y voraz, sentimental y gracioso. Me llamó bastante la
atención el personaje de Justine, una chica aparentemente tímida y (como
Francesca la llamaba) perdedora, pero que luego se convierte en, posiblemente,
la mejor amiga de Francesca. Y me gustaría saber más sobre su romance con “el
chico de la tuba”. El detalle de los amores platónicos me gustó mucho, porque
yo tengo muchos amores platónicos y me sentí muy identificada. También me
gustaría recalcar la energía liberal que desprendía Tara, me gustaría tenerla
como compañera de clase. Y su posible romance con Thomas, que al principio me
parecía un cabrón pero luego resultó ser un buen amigo y una gran persona.
Todos
ellos te hacen sentir dentro del grupo, algo que me dejó un buen sabor de boca.
En resumen Salvando
a Francesca es un libro muy recomendable para todos los gustos. Es fácil de leer,
emotivo y lleno de humor, con personajes inolvidables. Escenas picantonas,
románticas, tristes y felices, podrás sentirlas todas a la vez. Lo único en
contra es la dificultad de encontrarlo, sin embargo buscaré el libro en
internet para libros electrónicos.
Algunas citas
Ir
de campamento con chicos resulta una experiencia agotadora. Hay que estar en
alerta constantemente. A los chicos, por ejemplo, les gusta enseñar sus
cuerpos. Regresan de las duchas envueltos en una toalla y, o bien la abren cual
exhibicionistas cuando te ven, o bien alguno de sus amigos se la arranca y
tienen que echar a correr para recuperarla. Confieso que, en ocasiones, no
saber cuándo aparecerá el próximo pene puede resultar traumático.
Me
encanta esta escuela. Me encanta lo poco complicada que es y el hecho de que
todos procedamos de unos doscientos barrios distintos, cosa que nos obliga a
esforzarnos por encontrar algo que nos una. No existe una cultura común ni una
sola clase social. Abunda la individualidad y poco importa que no todos vayamos
a convertirnos en neurocirujanos ni que sepas cantar en un coro o tocar el
acordeón a piano o perder por goleada la liga de rugby o ganar la de
baloncesto.
- Me
pregunto a quién se le ocurriría meter olor de pedo en una lata.
-
Pero aún -replica él, casi incapaz de contener la risa, y me encanta oírlo-.
Imagina ser el hijo de esa persona. Imagina ir por ahí diciendo “Mi padre
inventó la bomba fétida. Así es como nos hemos hecho millonarios”.
Miro detrás de ellas, hacia donde Will está
sentado con sus amigos. Nuestras miradas se cruzan y me sonríe. Es una sonrisa
rara, pero alcanza mis ojos y la encierro en una botella. La guardo en la
mochila de municiones que llevo junto a mi alma, la que alberga el perfume de
Mia, el espíritu de Justine, la esperanza de Siobhan y las pasiones de Tara.
Porque, si una mañana voy a despertarme y no voy a poder levantarme de la cama,
voy a necesitar todo lo que tenga a mi alcance para luchar contra esta maldita
enfermedad que podría esconderse latente en mi interior.
Hola guapis!
ResponderEliminarA mi que este verano me ha dado por leer más libros (antes en verano solo leía dos), pues tendré en cuenta este más que nada porque me han llamado la atención los personajes que describes, y también lo de los amores platónicos! Yo también tengo bastantes, jajaja.
De las citas que has escrito me he reído con la primera y con la tercera! X3
Besoooos!!
@ Kat.: jajaja esas citas me hicieron mucha gracia, pasé muy buenos ratos riéndome.
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